lunes, 29 de mayo de 2006

Aprende I

Kin'yo, un funcionario
de segundo rango,
tenía un hermano, el
sumo sacerdote Ryogaku,
un hombre de pésimo
carácter y genio violento.
Cerca de su monasterio
crecía un gran almez,
por lo cual la gente
lo apodó el Sumo Sacerdote
del Almez. "Ese apodo es atroz",
dijo el sumo sacerdote,
y cortó el árbol. Como en el suelo
quedó un tocón, la gente comenzó
a llamarlo el Sumo Sacerdote del Tocón.
Más furioso que nunca, Ryogaku
hizo desenterrar el tocón y sacarlo
de allí, con lo que quedó un pozo.
Ahora la gente lo llamaba
el Sumo Sacerdote del Pozo.

Essays in Idleness.

Kenkó, Japón,
Siglo XIV

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