Pues bien, nuevo día, nuevo post!
Pareciera que ya hasta los he olvidado (¿Con eso que tengo muchos colaboradores que hacen el trabajo por mi, no?); créanlo o no, me he dado a la tarea de solo leer, leer y leer más; ¿Por qué? No lo sé realmente; pero solo quiero leer, pues ya no tengo inspiración (al menos no por ahora).
Ojo, van a leer algo un tanto oscuro e indescifrable en algunos aspectos, como he dicho en otras ocasiones, esto es solo con fines educativos, y cualquier semejanza con la realidad es mera… mera… ¿Coincidencia?...
Engaño
-Antes podía decir: “Inventemos una historia, dadme algunos parámetros, y yo la creo ante ustedes”. Pero esos días creo que se acabaron, o estoy bajo mucho estrés, no lo se. ¿Qué dices? ¿Quieres que lo intente? Pero te acabo de decir que no puedo, ¿Por qué es que tú nunca me crees?
-Por que yo soy tu imaginación -me contesta algo en mi mente-
-Mi… ¿Imaginación?...
-Sí, imaginación. (Del lat. imaginatĭo, -ōnis). f. Facultad del alma que representa las imágenes de las cosas reales o ideales.
-¿Como es que sabes tanto, si tú eres mi mente? Y sinceramente yo no creo tener tanta inteligencia en mi inconsciente.
-¿No te parece raro que mezcles esas dos palabras? Mira: Inteligencia. (Del lat. intelligentĭa). f. Capacidad de entender o comprender. Más esta otra: Inconsciente. m. Psicol. Sistema de impulsos reprimidos, pero activos, que no llegan a la conciencia. –Me contesto con cierto tono pedante esa vocecita-
-¿Entonces estoy en un error? ¿Acaso ya no se ni como debo pensar o que debo pensar? ¿Las sentencias que antaño usaba, digamos: “La imaginación está en el inconsciente” Es un error?
-Realmente no estas en un error, son solo frases hechas, ya sea aprendidas por medio auditivo, visual o escrito. Básicamente todo lo que expresas con cierto raciocinio, alguien te lo enseño.
-¡Eso no puede ser, yo he creado frases, imagines e ideas, todo eso en mi parte consciente! –Repliqué algo molesto-
-¿Acaso no lo entiendes? Consciente. (Del lat. conscĭens, -entis, part. act. de conscīre, saber perfectamente). adj. Que siente, piensa, quiere y obra con conocimiento de lo que hace. || 2. Dicho de una cosa: Que se hace en estas condiciones. || 3. Con pleno uso de los sentidos y facultades. –Me dijo en tono displicente-
-Creo no entender lo que me dices, solo me explicas usando información ya escrita, deberías “digerirla” para mi, para que te entienda; además de que eres mi mente, debería entender lo que me dices no?
-No siempre, realmente es complicado hacer o entender lo que la propia mente te dice; la mayoría de cosas que esta “diciendo” ni siquiera las escuchas; son en su mayoría ordenes a tu cuerpo o a tu propia mente. –Explicó la voz-
-Sigo sin entenderte… Para mi, la cuestión es un poco mas simplista: “Yo hago lo que pienso hacer” “Y pienso lo que sueño”
-Si, si, estas en lo correcto, pero solo a medias… -Y siguió- Mira, para crear y pensar alguna cosa, es necesario tener ese “algo” ya en tu mente, no puedes pensar en “Manzanas con alas” porque nadie te ha dicho que existen y menos aun, sus especificaciones físicas.
-Pero tu mismo estas cayendo en un feo paradigma, no puedes decirme que no piense en “Manzanas con alas”, pues eso no existe, tú lo creaste; y me dijiste que para crear, se necesitaba que existiera en la realidad o que alguien me lo explicara o enseñara… Lo cual me vuelve al inicio de este “circulo vicioso”, si alguien te lo explicó o enseñó, quiere decir que el lo aprendió de la misma forma que tu lo aprendiste, lo cual me vuelve a llevar al inicio de este “circulo vicioso” …
-… -La voz se quedo callada largo rato y yo le seguí insistiendo, sentía que ya casi le ganaba, al menos le iba quitando terreno-
-¿Así pues, la creación artística o intelectual deberían ser lo mismo no? Mira que para crear una gran obra de arte no se necesita de que alguien te la explique antes, incluso no es necesario tener los reglamentos establecidos para poder crear algo… ¡Pues si quiero crear un elefante azul, o incluso una manzana con alas, no necesito seguir ninguna regla física ni moral para tal creación!
-¿Moral? ¿Cómo te atreves a decir que no necesitas reglas morales? –Replico la voz, con tono realmente molesto-
-Pues no, ni siquiera necesito esas directrices… Pongamos un ejemplo:
Semáforos
Una mañana, me levanté muy temprano para ir a la escuela, “Para que el transporte no vaya lleno y pueda dormirme una siestecita antes de llegar a mi destino”, me dije.
Efectivamente salí temprano de mi casa, después de tomar una ducha y comerme un rico desayuno.
Lo primero que hay que tomar para ir de mi casa a la escuela es el Metro (Transporte Colectivo Metro), allí no hubo ningún problema; el transporte avanzaba a su normal velocidad, había pocos usuarios y hacia bastante frio.
Luego hube de tomar un autobús, aquí es donde comenzaron los problemas…
La inconstancia en los horarios
El autobús no pasa a sus horas establecidas (aunque no lo crean, incluso aquí en México, las líneas de autobuses tienen horarios de salida y llegada muy bien establecidos, aunque poco acatados), yo esperaba y esperaba, “Total, estoy temprano, puedo esperar un poquitín mas”, pensé.
Estaba ya un poco aburrido, incluso me puse a leer las letras chiquitas que tenia un anuncio impreso y encolado a la pared.
El tiempo pasaba mas rápido y el maldito autobús no llegaba; cuando comenzaba a pensar en irme de allí y tomar otra ruta (siempre es recomendable tener varias rutas disponibles para el mismo trayecto, yo les llamo “Rutas de escape”), pude distinguir el autobús allá a lo lejos, que venia bastante lleno.
Al detenerse frente a mi, pensé por una fracción de segundo: “Me subo o no me subo, he allí el dilema”. Al fin me subí, pues note que muchos de sus pasajeros llevaban el uniforme escolar de un instituto que estaba a unas cuadras de donde yo aborde el autobús; sabía que se iban a bajar pronto.
Errores en la planeación
Mi gran frustración fue que menos de la mitad de los “posibles descensos”, bajó del autobús; seguíamos apretados, pero con un poco más de oxigeno.
Me puse a pensar en los motivos por los cuales, la mayoría de los usuarios no había descendido de la unidad, recordé algo de lo que había pasado anteriormente (mmm, la voz con la que discutía al comienzo dijo: “Ves como es necesaria la información previa”, no le haré caso y seguiré con la narración).
Bien, les decía que recordé algo que había pasado anteriormente: Los estudiantes del instituto, muchas veces se bajan de la unidad de transporte, hasta la siguiente calle pues allí esta la entrada que conduce directamente a los edificios de aulas, no como la otra entrada que desemboca en las áreas verdes (lo cual les hace dar un rodeo para llegar a su respectiva aula de clases).
Por fin se bajaron todos los estudiantes del instituto, al fin quedamos pocos en el transporte, tan pocos que hasta pude elegir cual era el mejor asiento (en mejor estado y con más luz), para sentarme y poder irme tranquilamente leyendo un buen libro.
Semáforos
Según mi conteo preliminar éramos 7 personas en el autobús: 4 mujeres y 3 hombres; fue entonces cuando al chofer se le ocurrió la grandiosa idea de detenerse a “subir más pasaje” (me refiero a detenerse en cada semáforo esté en rojo o no, con la intención de que más usuarios aborden la unidad).
En cada semáforo se detenía, incluso se detuvo cuando por suerte, habíamos llegado a el, estando en verde (siga), luego cambio a rojo (pare) y al cambiar al verde nuevamente, no avanzó nada y allí nos quedamos hasta que volvió a ponerse rojo… Yo ya me estaba desesperando, pues de la hora que tenia libre, ya solo me quedaba ½, había perdido media hora en el transporte y mi destino todavía estaba a unos 20 minutos.
Al fin se puso verde el semáforo y avanzó unos cuantos centímetros, no le importó que los coches de atrás le estuviesen indicando que avanzara, con “corteses” pitidos de claxón, o que los usuarios tuviésemos prisa. Yo sinceramente ya quería romperle la cara al chofer…
Cuando el semáforo nuevamente se iba a poner rojo, aceleró y cruzó la calle, donde varias personas lo estaban esperando para abordarlo (lo habían visto desde hacia rato, pero esperaron a que “La montaña fuera hacia ellos”, es comprensible). Yo me enfurecía más cada vez, si no era un semáforo el que lo detenía era un pasajero que quería subir o bajar.
Me enfurecí con las personas que hicieron que se detuviera el autobús para abordarlo, para que dentro de 2 calles, se bajaran del transporte. Incluso una vez murmure: Te hubieras ido caminando infeliz. Sip, ahora que lo recuerdo, pienso que exageré un poco, pero ya estaba hartándome, seguramente a alguno de ustedes les habrá pasado algo semejante.
Iba lentísimo, tanto que uno de mis compañeros de viaje le grito: ¡Apúrate, que se me hace tarde! Al ver que nuevamente no avanzaba en un semáforo en verde. El chofer con nada de cortesía contesto: “Vete en taxi, cabr…”
Yo ya estaba furioso y desesperado, todavía me faltaban 10 minutos de recorrido y solo tenia 5 minutos de tiempo libre antes de que comenzara mi clase. Pensaba en bajarme y echar a correr, o tomar un taxi (como el chofer lo indicó), pero pensé que eso seria darle la razón al sujeto, así que no hice nada… Solo esperé.
Nuevos motivos
-¡Avánzale, está en verde! –Le grito otro usuario-
-¡Levántate más temprano cabr…! –Le gritó el chofer-
Yo pensé: ¡¿Levántate más temprano?! ¡¿Qué crees que hice yo?! Estaba tan furioso que me puse a idear un plan…
Acción
Me levanté a una cuadra de mi destino (la escuela), el autobús no iba lleno, mejor dicho, iba vacio; éramos alrededor de 15 personas, el pasillo estaba libre (lo cual era perfecto para mi plan).
Yo siempre me siento hasta atrás a la derecha, asi que me levanté, saque mi bat de beisbol (hoy tenia practica), iba caminando lentamente y en los asientos donde no había personas, ponía un pie para apoyarme y tomando fuerza, le daba un batazo a cada cristal del autobús, intentado que los cristales no salpicaran a los demás usuarios.
A cada golpe, le gritaba al chofer: ¿No quieres avanzar verdad? ¡Pues no avances! (y otra ventanilla volaba en pedazos)…
El chofer se puso en pie y me miro amenazadoramente, entonces escuché que alguien a mi lado derecho me esta hablando y me decia: Ten, toma esto…
Lo que me quería dar era una enorme navaja, la hoja era tan larga como la palma de mi mano. Yo la tome y mire al chofer con una sonrisa diabólica esbozada en mis labios, realmente diabólica…
Me giré y volví a la parte del fondo del transporte, el cristal de la ventana trasera salió despedido casi entero con un par de golpes de mi bat, luego me giré y volví a quedar de frente al chofer; yo me inclinaba a los lados y con la punta de la navaja, rasgaba cada uno de los asientos… los hacia trizas.
Cuando llegué hasta el frente, el chofer me miraba aterrado, estaba temblando, no sabia lo que iba a hacer a continuación (de hecho, ni yo mismo lo sabia).
Sentía que tenia el apoyo de todos los compañeros del transporte, sabia que estaba haciendo justicia… Claro, eso lo sentía en ese momento.
Me acerque al chofer, el cual ni siquiera pestañeo cuando lo tome del brazo y lo tire por la puerta, directo al pavimento… Se golpeó la cabeza y rápidamente se formaba un charco de sangre alrededor de su rostro, cuando se levanto a duras penas; solo para ver que su autobús se movía y se perdía entre los demás coches.
Escuela
Yo lo manejaba y seguía la ruta que el debería seguir (el hecho de usarla todos los días por varios años, me dio el conocimiento para saber donde dar vuelta o donde seguir de frente).
Pasé frente a mi escuela, sabia que tenía que bajarme; miré la hora y descubrí que ya me había retrasado 20 minutos… Iba a descender la unidad cuando recordé que tenía otros pasajeros.
-¿Hasta donde bajan? –les pregunté-
-Aquí a dos cuadras nada mas… -me respondieron-
Ahora que veía bien a los pasajeros, descubrí un detalle en ellos; todos tenían uniformes de tiendas de autoservicio; yo sabia que una gran plaza esta a unas cuadras de la escuela en donde tomo clases… Vaya lo que son las cosas… Ellos siempre se han querido vengar y al ver que uno se levanta en armas, lo apoyan y lo siguen hasta el final.
Me di la vuelta al terminar la ruta y pensaba regresar a tomar clases a mi escuela, pero vi que otros usuarios ya me estaban esperando para que los llevara a sus respectivos destinos…
Vueltas
Y así estuve dando vueltas de final de ruta, a la base de la línea de autobuses, todo el día y parte de la noche…
Al entregar la unidad al supervisor, este me preguntó:
-¿Y donde esta Juan?
-Tuvo que retirarse –conteste vagamente-
-Ya veo… ¡Pero que mal dejo su unidad eh! –me dijo mirando las ventanas rotas (no todas, pero la mayoría)-
-Es que… sufrió un accidente y como no tiene seguro… -dije yo, intentando sonar relajado-
-Y mira que yo ya le había dicho que sacara un seguro… Pero allá el… ¿Viene mañana o te veo por aquí otra vez? –Me preguntó mientras apuntaba unos números en su carpeta-
-Supongo que mañana el viene, las cosas que tenia que hacer, hoy las termina… es seguro… -dije dándome la vuelta para irme a mi casa-
Otro día
Al siguiente día, al llegar a mi escuela, me preguntaron porque había faltado el día anterior, a lo cual les conteste muy tranquilo: Es que tenia que ir a muchos lugares jeje.
El día transcurrió normalmente, y a la salida espere un autobús para que me llevara al Metro, no tardo en pasar (que raro pensé yo, siempre tardan más), y al subirme vi a un sujeto con la cabeza rapada y un enorme vendaje en su cráneo, él iba manejando sin siquiera mirar a los lados.
Pague mi cuota y me fui a sentar (ni el ni yo nos reconocimos)…
Al avanzar note que este sujeto se detenía en cada semáforo, estuviera en rojo o en verde…
Me levante con una sola idea en la mente… Asesinar…
Fin
-¿Ves como no hacen falta directrices morales? –le pregunté a la voz con la que estaba discutiendo al despertar hoy por la mañana-
-Así pues –Continué- No es necesaria la experiencia real para poder pensar o hacer algo de lo cual no tenías ni la mas mínima idea. Entonces, en teoría, podrías saber todo lo que quisieras con solo pensarlo o crear alguna historia donde lo aprendas… -Dije, seguro de mi mismo-
-¿HOLA?... –Seguía preguntando pero nadie me contestaba-
Mmm, creo que mejor me vuelvo a dormir, mi mente o mejor dicho, esa voz en mi cabeza ya se quedó callada, creo que la asusté jaja. Y así me dormí el día de hoy, con un rostro demoniaco y mi mente inundada de ideas sangrientas.
Fin de la historia “Engaño”
Si se preguntan, queridos lectores de este blog (les gusta el nombre de “Punto” o mejor “ING” (sin ninguna implicación a los INGenieros jeje)), ¿Por qué es que pienso en historias como esta, o el motivo que me llevo a hacerla? Es simple, es que me encontré con unos libros de novelas oscuras (Thrillers: Something with exciting plot: a book, play, or movie that has an exciting plot involving crime, mystery, or espionaje (no lo pienso traducir jeje))
Ahora bien, quisiera explorar este estilo durante algún tiempo, si no tienen inconveniente… Aunque ya saben… Espero sus comentarios, díganme en que soy mejor (ya se que la poesía no, risas aparte jeje).
Bien, gracias a todos los colaboradores por sus grandiosas… “Colaboraciones”, sigan así y MUCHAS GRACIAS A USTEDES LOS LECTORES DE ESTE BLOG (“Zito” ¿Y este nombre no les gusta?)
Por cierto, una cosita que casi olvido mencionar… Si quieren recibir estas historias (las nuevas y algún que otro “Remake” de las anteriores) y les da flojera leer estas muchas paginas en el blog, solo tienen que mandarme un mensaje a cazanonimo@gmail.com anotándome su correo al cual quieren que lleguen estas historias… Estoy pensando en crear un boletín (pero primero tengo que diseñarlo con mis colegas). Pero por ahora si quieres unirte a la lista de lectores frecuentes, solo tienes que mandarme un correo a cazanonimo@gmail.com diciéndome que te anote… (Ya sé que suena repetitivo, pero así se lo aprenden jeje)
Saludos y buen día
caza
posteando
1 comentario:
¿...y quién me podría comentar algo acerca de la mente de un Zombie...?
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