¿Por qué Literatura?

Es simple, imagina una habitación oscura, sin ventanas y sin puerta, solo un cubo sin luz; nada para poder entrar y salir; esto es el mundo para mí y para ti, para cualquiera… ¿Lo visualizas?

Lo único que nos queda, es la mente para pintar la habitación: muchos la pintan de colores alegres, de personas que quieren y de personas que los quieren a ellos, porque se sienten solos y terriblemente mal en una habitación oscura.

Otros la pintan con catástrofes; no pueden vivir sin la emoción de las derrotas y de las luchas “sin sentido”. Si solo tienen tranquilidad y paz, lo único que les puede quedar de divertido o de sorpresa es su propia muerte, algo que llevarían a cabo en esa habitación oscura.

La literatura usa solo un color, solo uno; el blanco… ¿Por qué el blanco si la tinta es negra y la pagina blanca? Simple, nosotros (como especie) pintamos en la oscuridad, pintamos en la nada, con el color de la luz y de la creación.

Se necesitan solamente estos dos materiales: oscuridad (la nada) y nuestro pincel de luz. Hay que despejar las tinieblas con solo este material… Es simple, solo tienes que sentir y pensar, escribir sin visualizar sentimientos concretos. Nada es imposible en nuestro lienzo.

Yo escribí en la pared de enfrente una ventana y un bonito paisaje. Se borran las letras, sin que te des cuenta, sin siquiera percibirlo, y solo puedes ver la ventana y el paisaje; incluso quieres sentir el viento en tu rostro, el olor de las flores que ves fuera de tu habitación; correr sobre ese césped verde y suave.
Así cuando lees, ya no ves las letras, ves solo la ventana… Olvidas la semántica y solo quieres correr y sentir el paisaje.

En el suelo escribí una deliciosa cena, sobre una pequeña mesa de madera oscura y avejentada.... Describí el aroma de la carne y de las verduras hervidas, el sudor de la jarra con agua fresca de frutas rojas. Describí el paso del tiempo sobre la mesa, las marcas que los años dejaron en su superficie. Describí el sabor de los alimentos, cuando llegan a mi boca y se deshacen entre mis dientes; satisfaciendo mí estomago y mi corazón con la dicha de algo delicioso y necesario.
Olvidas las letras y solo ves la mesa, olvidas las reglas de puntuación y solo ves el vapor saliendo de la carne y los vegetales en la guarnición; olvidas las mayúsculas y las minúsculas y solo sientes la frescura del agua en tu lengua, refrescando y saciando tu sed.

En el techo escribí una lámpara, solamente un pequeño foco que ilumine durante las noches que entran por la ventana; solo una luz que me dé cobijo en mi habitación oscura.

Dejas de ver signos extraños en la página y solo ves los rayos de la luz que se estrellan en la mesa, en los restos de la cena recién ingerida; ves el reflejo de la lámpara en el cristal de la ventana. La luz te permite entrar un poco en la oscuridad de ese paisaje misterioso que ves por la ventana. Olvidas las oraciones para ver la luz en la habitación.

En el centro de la habitación escribí una cama para reposar y sentir el abrazo de la noche al dormir y para poder sentir el saludo alegre del sol que se cuela por la ventana al amanecer; escribí una suave superficie y una cálida protección de tela.

Olvidas los párrafos y sientes la tranquilidad de un lecho matutino en una mañana de invierno, ese calorcito que te impide levantarte y te hace recordar los buenos tiempos de la juventud. Olvidas las consonantes y las vocales, y solo sientes el abrazo de tus sabanas enredadas en tu cuerpo cálido y cómodo.

Y así, ya no me hizo falta escribir el amor y la tranquilidad, esos sentimientos vienen con tu corazón; solo tienes que saber que lo que el mundo es, lo puedes cambiar.

Escribe la palabra felicidad en tu página y veras que tu habitación se queda a oscuras; escribe cosas confortables y llenas de recuerdos y sentimientos, y veras que la palabra felicidad la puedes leer en la página… Aunque jamás la hayas escrito…

caza
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