martes, 13 de abril de 2010

Alicia en el País de las Maravillas - Lewis Carroll.


Solo un extracto:

-¿Qué otras cosas aprendías allí?

-Pues aprendía Histeria, histeria antigua y moderna. También Mareografía, y dibujo. El profesor era un congrio que venía a darnos clase una vez por semana y que nos enseñó eso, más otras cosas, como la tintura al boleo.

-¿Y eso qué es? -preguntó Alicia.

-No puedo hacerte una demostración, ya que ahora estoy muy baja de forma -respondió la Falsa Tortuga. Y el Grifo, como él mismo podrá decirte, nunca aprendió a tintar al boleo.

-Nunca tuve tiempo suficiente -se excusó el Grifo. -Pero sí que iba a las clases de Letras. Y teníamos un maestro que era un gran maestro, un viejo cangrejo. -Nunca fui a sus clases -dijo la Falsa Tortuga lloriqueando-, dicen que enseñaba patín y riego.

-Sí, sí que lo hacía -respondió el Grifo. Y las dos se taparon la cabeza con las patas, muy soliviantadas.

-¿Cuantas horas al día duraban esas lecciones? -preguntó Alicia interesada, aunque no lograba entender mucho qué eran aquellas asignaturas tan raras, o si es que no sabían pronunciar. Tintura al bóleo debería ser pintura al óleo, y patín y riego serían latín y griego, pero lo que es las otras, se le escapaban.

-Teníamos diez horas al día el primer día. Luego, el segundo día, nueve y así sucesivamente.

-Pues me resulta un horario muy extraño -observó la niña.

-Por eso se llamaban cursos, no entiendes nada. Se llamaban cursos porque se acortaban de día en día.

Eso resultaba nuevo para Alicia y antes de hacer una nueva pregunta le dio unas cuantas vueltas al asunto.

Por fin preguntó:

-Entonces, el día once, sería fiesta, claro.

-Naturalmente que sí -respondió la Falsa Tortuga.

-¿Y el doceavo?

-Basta de cursos ya -ordenó el Grifo autoritariamente. -Cuéntale ahora algo sobre los juegos.


caza
patín y riego

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