domingo, 17 de mayo de 2009

Honor entre ladrones - Jeffrey Archer


Honor entre ladrones

-Caballeros –empezó Cavalli-, les he invitado a reunirse conmigo esta noche para hablar sobre una proposición comercial que podría describirse como poco común. –Hizo una pausa antes de continuar-. Una parte interesada nos ha pedido que robemos la Declaración de Independencia de los Archivos Nacionales.

Tony hizo una pausa cuando un rugido unánime se desató y los invitados compitieron en ingeniosidades.

-Enrróllela y llévesela.
-Supongo que podríamos sobornar a toda la plantilla.
-Peguemos fuego a la Casa Blanca. Eso provocará una pequeña distracción. Escriba y dígales que la ganó en un concurso de televisión

Tony esperó a que sus colegas agotaran las gracias antes de proseguir.

-Esa fue mi reacción exacta la primera vez que me abordaron –admitió-, pero tras varias semanas de investigación y preparativos, espero que me concedan la oportunidad de explicar el caso.

...

-No trabajo para el Mossad, ni nunca lo he hecho. –Sus labios formaron una línea recta-. Mi verdadero trabajo no es, ni de lejos, tan romántico como eso. Después de Beirut, regrese a Estados Unidos para convertirme en profesor universitario.

...

Queridisima Hannah:
He intentado imaginar cientos de maneras de empezar esta carta. Hay una muy sencilla. Te quiero. Y, lo más importante, nunca he amado antes, y ahora sé que nunca podré amar a nadie de la misma forma.

-¡No¡ -grito Hannah-. ¡No¡

Las lágrimas casi impedían que leyera sus palabras.
No sólo eres mi amor, sino mi amiga más íntima. Nunca más volveré a querer o necesitar a nadie. Me complazco en la idea de pasar el resto de mi vida contigo, y me pregunto por qué merezco una suerte tan inmensa.

-No, por favor, Dios mío –sollozó Hannah mientras apoyaba la cabeza sobre el pecho de su amante-. Yo también te amo, Simon. Te quiero mucho.

Quiero tres hijas y dos hijos, y debo advertirte que no me conformaré con menos. Ya hablaremos de los nietos más adelante. Me temo que seré un viejito irascible y aburrido, pero nunca dejaré de amarte. No esperemos…

-No, no, no… -gritó Hannah, y se inclinó para besarle. De pronto, se levantó de un salto y se precipitó hacia el teléfono. Marcó el 17.
-Dios mío, por favor –chilló-, que una píldora no sea suficiente. ¡Contesta, contesta, contesta¡ -gritó al teléfono, mientras la puerta del apartamento de Scott se abría. Hannah se volvió y vio irrumpir a Kratz y a otro hombre al que no conocía

Tiró el teléfono al suelo y corrió hacia ellos. Se arrojó sobre Kratz y le derribó al suelo.

-¡Bastardo, bastardo¡ -aulló-. ¡Me has obligado a matar a la única persona que he querido en mi vida¡ ¡Ojalá te pudras en el infierno¡ -dijo, sin dejar de lanzar puñetazos contra su cara.

...

La Declaración de Independencia estaba clavada en la pared, detrás de él.
Saddam siguió fumando su puro, reclinado en la butaca. Todos los sentados alrededor de la mesa esperaban a que hablara. Miró a su derecha.

-Estamos orgullosos de ti, hermano mío. Has servido a nuestra patria y al partido Ba’ath con honor, y cuando llegue el momento de que mi pueblo sea informado de tus hazañas, tu nombre quedará escrito en la historia de nuestra nación como uno de sus
grandes héroes.

...

-¿Consiguió cambiar la Declaración? –fueron las primeras palabras de Kratz.
-No. Sigue en la pared de la Cámara.
-Maldición. ¿Y la copia?
-La dejé dentro del tubo, en el suelo de lacaja. Preferí no sacarla.
-¿Cómo volverá a entrar en el edificio? –preguntó Kratz, y miró al mayor-. Debía utilizar el tiempo…

Honor entre ladrones
Jeffrey Archer
Editorial Grijalbo, S.A. de C.V.
México, Ditrito Federal (Impreso en Colombia por Cargraphics, S. A.
Tercera Edición, 1998

Páginas: 102,203, 206-207, 249, 350.

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